Llega la temporada de Primavera: Planifica tu huerto
En este artículo encontrarás las claves para iniciar tu huerto con buen pie y evitar errores.
¡Comencemos!
Para muchas personas es un auténtico placer cultivar sus propias verduras y hortalizas. Constituye una actividad gratificante, saludable y útil 100%. Obtienes productos frescos y sabrosos, incluso más que los que compras en las tiendas. Es una gran sensación cultivar para el consumo propio.
El ahorro de dinero es considerable, aunque eso sí, exige tiempo y dedicación, pero no demasiado. A medida que vayas ganando en experiencia y aprendiendo de tus errores, la producción irá aumentando. Aprovecha el conocimiento de otras personas y la información que encontrarás en esta web.
¡Nunca tengas prisa! Las prisas no son buenas en la huerta.
50 m2 para obtener verduras todo el año.
Los huertos pequeños tienen la ventaja de que se pueden llevar con menos trabajo y se presta más atención a cada una de las hortalizas.
Los excedentes de la producción los podrás congelar o bien, almacenar en seco para mantener existencias durante todo el año. Productos como patatas, cebollas o manzanas se almacenan bien en seco.
- La planificación debe ser muy cuidadosa para sacarle el máximo rendimiento posible al terreno disponible.
- Haz un pequeño plano en papel del terreno para dibujar la distribución de las distintas variedades a plantar.
- Las hortalizas se pueden disponer de dos maneras: – En hileras: es el método tradicional. – En macizos rectangulares, cuadrados, círculos, media luna,…
- Si cultivas en macizos, el centro tiene que ser fácil de alcanzar desde el borde, sin necesidad de pisar el suelo para nada. Para ello, cada era o banda de plantación, tendrá una anchura máxima de 1,2 metros. Se delimitan con ladrillos, tablones o con borduras de plantas, como perejil, orégano, cebollas, aromáticas (santolina, romero o lavanda), boj, evónimo enano,…
- No siembres ni diseñes muy apretado que luego engaña. Las plantas crecen y se puede convertir en una selva que impida entrar para las labores además de competir entre ellas por el espacio y la luz.
- Traza caminos suficientemente anchos y cómodos para el paso de las personas y de una carretilla sin tener que ir haciendo “malabarismos”.
- Es muy interesante disponer de un aljibe o un tanque en el que se vaya recogiendo el agua de lluvia para regar.
- Existe un extraordinario surtido de verduras y hierbas para cultivar. Hoy en día, puedes contar al mismo tiempo con:
– Variedades tempranas, tardías o de media temporada. – Normales o enanas. – De crecimiento rápido o de crecimiento normal.
- Compra los cultivares que mejor se adaptan a nuestro clima, suelo, espacio disponible y a tu paladar. Todos los años salen nuevas variedades.
- Desde Mi Cosecha. Huertos ecológicos te podemos asesorar sobre las más apropiadas al clima y suelo.
- Te recuerdo que junto a las vdes. de hortalizas más conocidas, hay otras más raras y sugerentes: Quimbombó, Chimbolos, Pak choi, Tupinambos, Colocasias, Salfifí, Cacahuetes,… El abanico de especies y cultivares es mucho mayor que lo que se ve normalmente en las tiendas. Experimentar es otro de los atractivos de tener un huerto.
- En el paquete de las semillas suele indicar bastante información, así que te facilitará mucho la tarea de plantación y cuidado.
- Con una planificación adecuada de la siembra podrás disponer escalonadamente de verduras frescas gran parte del año.
- No olvides las Hierbas aromáticas y condimentarias (orégano, tomillo, albahaca, romero, perejil, etc.) y poner especies pequeñas en macetas o entre las plantas del jardín para aprovechar el espacio.
Tu huerto ecológico paso a paso
1. Limpia el terreno de hierbas, piedras, palos y todo tipo de objetos extraños.
2. Si en tu terreno existen hierbas bajas, puedes cortarlas con la azada directamente e incorporarla al terreno, pero si son altas deberás cortarlas, recoger los restos y usar todo ese material para elaborar compost.
3. Riega el día anterior a labrar para que la tierra esté ligeramente húmeda. Si la tierra se pega a los zapatos, espera para trabajarla a que esté más seca y coja lo que se llama tempero, ni muy húmeda ni muy seca.
4. Labra con una simple azada.
5. Para rabanitos, cebollas, ajos, zanahorias, remolachas, patatas,… el labrar concienzudamente es muy importante.
6. Retira todas las raíces, estolones y bulbillos de las hierbas perennes que vayan saliendo al remover la tierra.
7. Haz todos estos trabajos por la mañana temprano o por la tarde. Si no tienes costumbre de hacer ejercicios fuertes, tómatelo con calma.
8. Una vez la tierra está labrada y limpia, extiende una capa de 5-8 cm de abono orgánico (estiércol, compost, mantillo…) uniformemente por la superficie y entiérralo luego mediante cava. Este aporte, repetido cada año, es muy beneficioso desde todo punto de vista. Mantiene la estructura grumosa, el suelo fértil y aireado.
9. El laboreo oxigena el suelo, mejora la actividad de los microorganismos descomponedores de la materia orgánica y facilita el drenaje del agua.
Ya tenemos el terreno labrado y rastrillado, fino, sin piedras ni terrones. Quedan pocos pasos más:
10. Traza las platabandas o haz surcos, según el método que elijas.
11. Tira las líneas de goteo para riego. Mucho mejor si es automático con programador de riego, en caso de que elijas este sistema de riego al manual.
12. Siembra las semillas o planta las plántulas.
13. A veces, antes de sembrar o plantar, se dispone un acolchado con plástico negro en los surcos. Por ejemplo, en fresas. Esto evita que salgan malas hierbas, que las fresas estén en contacto con la tierra y aumentar la temperatura para obtener cosechas al principio de la estación. Un huerto orgánico tradicional no usa el plástico, sino paja como acolchado.